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Diccionario Odontológico (III): el síndrome del biberón

9 Ene, 2015 | Salud Dental

Con el comienzo de este nuevo año 2015, para el que desde Alonso Dental os deseamos lo mejor, retomamos nuestro ya habitual Diccionario Odontológico para explicar algunos de los términos más frecuentes que encontraréis a la hora de acudir a vuestro dentista de confianza.

En esta ocasión hablaremos de tres cuestiones bien distintas:

El diastema

Se llama diastema al pequeño espacio que queda entre dos dientes, habitualmente es la separación que tienen algunas personas entre los incisivos superiores. Sucede cuando existe una desproporción entre el tamaño de los dientes y la mandíbula. En este blog ya nos hemos referido a esta curiosa característica, sobre todo, porque durante un tiempo estuvo muy de moda entre los famosos de Hollywood. En todo caso, su tratamiento es sencillo mediante una ortodoncia.

La prostodoncia

La prostodoncia o prótesis dental es aquella rama de la odontología que se encarga de devolver la función, anatomía, fonación y estética como consecuencia de la pérdida de uno o más dientes.

Hablamos, por un lado, de prótesis fijas como, por ejemplo, un puente, o prótesis removibles si se pueden quitar. Además, el dentista puede proporcionar una prótesis parcial o completa, dependiendo de cada caso y puede estar cementada, atornillada o mecánicamente unida a un diente natural, a un pilar implantado o a un diente en estado de raíz, pudiendo reemplazar una sola pieza o múltiples piezas hasta la totalidad de las arcadas dentales.

El síndrome del biberón

Es un padecimiento común en niños de seis meses de edad hasta los 6 años en las estructuras dentales que comúnmente llamamos dientes de leche.

Viene producido  por la ingesta de líquidos endulzados durante periodos prolongados y  se caracteriza por destrucción del esmalte y la estructura coronaria. En algunos casos las caries son tan severas que causan fiebre, inapetencia y tiene como consecuencia una nutrición deficiente en los pequeños.

Se manifiesta primeramente en los molares superiores debido a la posición de la ingesta de los líquidos que generalmente es cuando el bebé está acostado boca arriba o ligeramente de lado. Se extiende posteriormente a los molares inferiores,que están protegidos un poco más por estructuras como la lengua y el tránsito constante de saliva.

Lo ideal sería la eliminación del hábito del biberón nocturno. Y recomendamos que, después de la fase de amamantado materno, se comience a utilizar un vaso entrenador.

Es necesario, además, crear un hábito de higiene oral en el pequeño. Primeramente la madre limpiará las estructuras (encías) con una gasa humedecida y así sucesivamente cuando los dientes vayan erupcionando y sea necesario sustituir este hábito por el uso del cepillo dental.

También es recomendable crear en el niño conciencia de prevención, con visitas al especialista dos veces al año y cepillado tres veces al día.

Todas estas prácticas nos permitirán estar seguros de que el niño gozará de buena salud bucal y generará en los pequeños confianza en el odontólogo. ¡Adiós al miedo al dentista!

Permaneced atentos a nuevas entregas de nuestro particular ‘Diccionario Odontológico’ y si tenéis alguna duda, preguntadnos, porque estaremos encantados de aclara cualquier cuestión.

Foto: http://www.freedigitalphotos.net/