El hilo dental es hoy en día un complemento imprescindible para una correcta higiene oral. Más allá del necesario cepillado dental, al menos dos o tres veces al día y del uso de colutorios, este elemento nos permite llegar a aquellas zonas entre nuestros dientes a las que no accede nuestro cepillo de dientes. La recomendación de los profesionales de Alonso Dental es que lo utilices, al menos, una vez al día.
¿Qué es el hilo dental?
Es un material conformado por filamentos especialmente diseñado para cumplir una función de limpieza dental entre los dientes y debajo de las encías, que opera como complemento del cepillado. Nunca como sustitutorio.
¿Por qué debemos utilizarlo?
Su uso nos permitirá arrastrar la comida (restos) que haya quedado entre los dientes, así como la placa bacteriana.
¿Cómo utilizarlo?
En primer lugar, hay que cortar un trozo de unos 35-50 centímetros. Después, enrollar el hilo en los dedos corazones (hay quien lo hace también en los anulares), dejando una porción de unos 3-4 centímetros para pasar entre los dientes.
Lo haremos con movimientos de arriba a abajo, sin forzar ni apretar demasiado; deslizando el hilo simplemente para que arrastre los posibles restos de comida que hayan podido quedar entre los dientes. La presión se realiza contra éstos; no contra la encía.
En este vídeo del Consejo General de Dentistas de España podéis ver gráficamente cómo debe de ser este uso:
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¿Y si me sangran las encías?
Si sangran tus encías con el uso del hilo dental, es señal de que no están sanas. Pero ello no significa que no podamos utilizarlo; al contrario: es posible que su uso regular provoque su mejoría y que, pasado un tiempo, ya no haya sangrado.
Cepillos interdentales
Para aquellas personas que tienen separaciones excesivas entre los dientes y, por lo tanto, el hilo dental puede que no tenga la eficacia que se le presupone, es recomendable el uso de los llamados cepillos interdentales.
Es un tipo de cepillo que se pasa entre los dientes como si fuera un hilo dental. Hay que elegir el tamaño adecuado, dependiendo de la citada separación entre las piezas dentales. Su uso es prácticamente obligatorio entre las personas con enfermedades graves periodontales que sufren pérdida de masa ósea y, por tanto, el espacio entre los dientes es notorio.