Las ‘muelas del juicio’ o cordales son una de las principales motivos a la hora de acudir al dentista. Son las últimas piezas dentales que aparecerán en nuestra boca. Lo más habitual es que eso ocurra entre los 18 y los 24 años, pero como en casi todo, existen algunas excepciones.
Este tipo de piezas dentales pueden quedarse con nosotros para toda la vida o incluso ni siquiera lleguen a erupcionar pero, a veces, su extracción se hará necesaria. ¿Qué casos son los más habituales?
– Las caries
– Infecciones en la pieza
– Una inadecuada posición que nos produce molestias como problemas de mordida
– Dolores frecuentes de cabeza o de oído
– Ser un estorbo para realizar una correcta ortodoncia
¿Me dolerá si me sacan una muela?
La extracción es un procedimiento de cirugía oral y maxilofacial bastante frecuente y sencillo, que debe ser practicado por un especialista. Según los datos de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial el 70 % de los españoles tienen como mínimo una muela del juicio del maxilar inferior que no sale correctamente y en un 45% ocurre con las del maxilar superior.
Un diagnóstico previo será muy importante para una correcta extracción. En este caso, lo habitual es realizar ortopantomografía o un TAC. Ambas pruebas radiológicas permitirán comprobar a tu dentista de confianza cómo está colocada la muela y cuál es su posición con respecto a las piezas contiguas. También le permitirá observar el nervio u otras zonas como el propio hueso y determinar si existe algún problema, como por ejemplo, una infección.
Hoy en día existen técnicas con las que te olvidarás de los miedos y del dolor. Es el caso de la sedación consciente que te recomendamos desde Alonso Dental en casos de ansiedad, miedo al dentista o incluso el estrés.
Tu odontólogo puede aplicar anestesia general o local, dependiendo de cada caso, a la hora de practicar la cirugía.
¿Y la recuperación tras la extracción?
Lo normal será una pequeña inflamación en la zona y algún que otro problema para abrir la boca tal y como estamos acostumbrados a hacerlo, pero eso es algo que durará dos o tres días, salvo alguna excepción.
Lo ideal es un control por parte de tu odontólogo que te orientará sobre los pasos a seguir. Además, te facilitará antiinflamatorios y antibióticos, siempre que hagan falta, y te aconsejará sobre la necesidad de extremar la higiene bucodental y olvidarse del tabaco.
Foto: http://www.freedigitalphotos.net/