El bruxismo es el rechinar o apretar los dientes por causas aparentemente no funcionales. Una de las causas que lo provoca es el estrés emocional; a nivel de sistema nervioso se producen descargas que pueden producir estos movimientos de forma involuntaria durante la noche o bien durante el día aunque con menos frecuencia.
Los síntomas más frecuentes detectados en pacientes son dolores de cabeza continuados principalmente por las mañanas, cefaleas tensionales, cervicalgia (dolores en el cuello o al masticar). Hay personas que tienen problemas al abrir la boca o bien que se quedan trabados sin saber cuál es la causa, no es otra que el bruxismo. El bruxismo afecta a la articulación temporomandibular encargada de la masticación.
Es importante que el paciente se haga un examen muy exhaustivo ya que son muchos los síntomas y necesitamos saber qué es lo que lo está provocando ya que no es lo mismo aquel paciente que llega a la consulta sin poder abrir la boca que un paciente que tiene dolores musculares y dolores de cabeza crónico. El tratamiento es distinto aunque se usen aparatos más o menos parecidos. Hoy por hoy se conocen, por lo menos, 20 tipos de aparatos intraorales, conocidos como planos de relajación entre los que están los que se utilizan para tratar la articulación, los que sirven para la parte muscular, otros que se encargan de reducir la actividad de los dientes y liberar la tensión de los músculos.
Es importante que el paciente llegue a controlar su bruxismo por lo menos, durante el día gracias a las terapias de autocuidados. Si padeces de bruxismo es conveniente que acudas a tu odontólogo para que te recomiende una férula de descarga, oclusal o de relajación realizada de resina transparente que se coloca entre los dientes y que te ayudará a que se mejore la posición de la mandíbula, evitando desgaste y roturas.