La salud bucodental está relacionada con la salud en general del cuerpo. Ciertos síntomas pueden alertarnos a veces de patologías o problemas en otras zonas que, a simple vista, nunca pensaríamos. Bien podría ser este el caso de la mandíbula que, si bien está directamente relacionada con los dientes, en ocasiones no pensamos en ella a la hora de posibles problemas bucodentales.
De hecho, la mandíbula es el conjunto de huesos, inferiores y superiores, que sostiene las piezas dentales y su correcto desarrollo y funcionamiento influirá de forma directa en la capacidad de hablar, masticar, tragar incluso respirar.
No existe un único problema de mandíbula. Como otras partes del cuerpo, ésta puede presentar diferentes alteraciones como:
Los problemas de mandíbula pueden ser de diverso tipo:
- Roturas o fracturas total o parcial del hueso de la mandíbula causado por un traumatismo bien por accidente, caída u otra situación.
- Trastorno de la articulación temporomandibular (ATM). Es uno de los problemas más frecuentes y consiste en una disfunción de la articulación temporomandibular. Su origen puede ser desde genético o fruto de una lesión incluso de tratamientos dentales o enfermedades como la artritis.
- Luxaciones o Dislocaciones: más conocido como mandíbula desencajada se produce cuando la mandíbula se sale de la articulación que la conecta con el cráneo.
- Osteonecrosis: originada por la reducción del flujo sanguíneo en los huesos de las articulaciones, ocasionando un deterioro y destrucción del hueso.
- Bruximo: este problema consistente en apretar y rechinar los dientes de forma inconsciente y, además de problemas como las caries, genera dolor en la mandíbula incluso la cabeza por la presión ejercida al oprimir involuntariamente la mandíbula.
Los síntomas y sus efectos varían según cada persona y el tipo de problema de mandíbula pero caben destacar los más frecuentes que son:
- Problemas en el alineamiento de los dientes y mala oclusión.
- Dolor en la articulación mandibular.
- Dificultad para hablar y comer adecuadamente debido al impedimento para abrir correctamente la boca.
- Adormecimiento de parte de la cara o de la mandíbula.
Estos síntomas nos pueden alertar de un problema que deberá determinar nuestro odontólogo de confianza. No obstante, prevenir siempre es mejor que curar y estas molestias y alteraciones pueden ser detectadas en la revisiones periódicas que debemos hacer a nuestro dentista.
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