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La oclusión o mordida (I)

15 Ene, 2016 | Alonso Dental, Salud Dental

La oclusión o mordida ideal se produce cuando los dientes superiores e inferiores encajan perfectamente.

En el post de esta semana nos centraremos en la mordida, otro factor importante que también interviene y afecta en nuestra salud bucodental, ya que una mala mordida, una mordida incorrecta, también llamada maloclusión, puede tener consecuencias negativas sobre el estado de nuestras piezas dentales, como veremos a continuación. Además, estéticamente, la maloclusión también suele tener signos evidentes en el paciente.

Tipos de oclusión

Oclusión es la palabra que denomina una mordida correcta y saludable. La oclusión ideal es la forma de hacer encajar nuestros dientes superiores e inferiores de forma armónica. Esta situación se produce cuando el maxilar inferior y superior han tenido un crecimiento regular y homogéneo, y permiten una forma de morder correcta, en la que los dientes superiores e inferiores se alinean perfectamente.

En muchos casos, sin embargo, se produce maloclusión o mordida incorrecta. Así, hablaremos de cinco tipos de maloclusión: sobremordida, mordida cruzada, mordida cerrada, mordida abierta y protusión.

  1. La sobremordida. Se produce cuando los dientes anteriores superiores se superponen a los inferiores en parte o, en ocasiones, casi en su totalidad. En casos extremos, los dientes inferiores llegan a tocar la parte interior de las encías superiores e incluso el paladar. Es el tipo de maloclusión que más afecta a los pacientes y a su estética dental. El tratamiento más utilizado para corregir la sobremordida es la ortodoncia. Además, se recomienda iniciar el tratamiento en edades tempranas, cuando la boca es más moldeable y el problema de maloclusión se puede corregir con mayor eficacia.
  2. La mordida cruzada. Es la misma problemática, pero se produce justo al revés: los dientes inferiores se superponen a los superiores. Puede darse tanto en los anteriores como en los posteriores. Es una maloclusión muy característica estéticamente porque en los pacientes que la padecen la barbilla tiende a sobresalir.
  3. La mordida cerrada. Suele ser causada por el desgaste de las piezas dentales propio de la edad y el envejecimiento. Puede llegar a convertirse en un problema grave si no se trata o se trata muy tarde, pues un desgaste excesivo de la estructura dental puede afectar a los tejidos faciales interiores, llegando a desintegrarlos parcialmente. El efecto estético, además, es el de un rostro envejecido.
  4. La mordida abierta. Se produce cuando el contacto de los dientes posteriores superiores e inferiores impide que los dientes anteriores superiores e inferiores lleguen a cerrarse, a tocarse. Es decir, no llegan a unirse, queda un hueco entre ellos. Las causas de este tipo de mordida son muy diversas y pueden deberse simplemente a la herencia genética, pero también a malos hábitos como morder o chupar lápices o bolígrafos o hacer presión con la lengua.
  5. La protusión. Este último caso es también conocido como ‘dientes de conejo’. La protusión de los dientes anteriores, en casos muy severos, puede llegar incluso a impedir la capacidad de cerrar los labios y puede conllevar a una deformación facial.

En la segunda parte de este post hablaremos sobre las consecuencias dentales y para la salud en general del paciente que puede tener la maloclusión, así como de los principales tratamientos que existen para corregirla.