¿Te gustan los piercings? En realidad no es una moda reciente porque lo hemos visto a lo largo de la historia y de diferentes culturas. Aunque no os vamos a hablar de eso sino de los efectos que pueden tener en tu salud y, en concreto, en tu salud bucodental.
Los piercings orales se colocan en la lengua, en los labios, en las mejillas o, también, existe una tendencia que los coloca en los propios dientes a través de distintos métodos.
Lo primero que tienes que pensar es que un piercing es un objeto anti natural y desconocido para nuestro organismo, lo que provoca su rechazo inicial. ¿Por qué entonces nos lo ponemos? Por moda y elemento decorativo y estético. Esa reacción natural de nuestro cuerpo puede afectar a la salud general de la cavidad bucal y, por lo tanto, particularmente de dientes y encías.
¿Qué consecuencias puede tener en nuestra salud bucodental?
– La perforación para colocar el piercing ya provoca de por sí una herida que puede ser caldo de cultivo para posibles infecciones. Además, y aunque depende de cada caso, no suele ser cosa de unos días.
– La propia pieza artificial puede favorecer la aparición de placa dental o sarro en la zona y extenderse después a otras.
– Inflamación de la zona donde se ha colocado el piercing, con el consiguiente dolor.
– Sangrado.
– Roturas dentales. Incluso al comer. Es más frecuente de lo que puede parecer al producirse un choque con el piercing (muchas veces metálico); y es habitual jugar en la boca con él a través de movimientos de la lengua. También puede dañar el esmalte, las encías o los empastes.
– Alteración del gusto. Puede suceder, por ejemplo, si hemos dañado un nervio en la perforación.
– Alteración del proceso de habla.
– Dificultades para masticar.
– Salivación excesiva.
– Problemas de halitosis si la presencia del piercing no permite realizar una higiene bucal completa o el mismo piercing acumula bacterias.
– Ingestión de forma accidental al soltarse. ¡Cuidado al practicar deporte!
– Deformaciones linguales.
– Úlceras.
– Alergia.
La lista podría ser mucho más larga. La información sobre sus efectos es la mejor forma de prevenir cualquier inconveniente.
Si ya tienes puesto un piercing, en Alonso Dental te recomendamos consultar con tu dentista de confianza ante cualquier problema. No olvides mantener una estricta higiene en la zona del piercing, utilizando, si es posible, enjuague bucal con frecuencia, sobre todo después de las comidas.
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