El estrés puede provocar problemas de salud como dolores de espalda, alteraciones del sueño y otros más graves como, incluso, depresión. Cuerpo y mente se pueden ver perjudicados por una vida de prisas, presión y agobio, y nuestra boca y nuestros dientes no son ajenos a este malestar. Nuestra salud bucodental también se ve puede ver afectada por el estrés.
Por ello, es importante adquirir pautas de comportamiento que, en nuestro día a día, nos ayudarán a mantener la calma y la tranquilidad, y a controlar el estrés. He aquí tres consejos para conseguirlo:
- Debemos adoptar una actitud positiva ante las situaciones de presión y estresantes.
- Las técnicas de relajación, como el yoga y otras actividades similares, pueden ayudarnos a tranquilizarnos y a desconectar.
- Dormir las horas necesarias y aprovechar el sueño para el descanso, comer equilibradamente e hidratarse generosamente son también hábitos que debemos mantener en nuestro día a día.
No obstante, y aunque todos intentemos huir del estrés y el agotamiento, en algunas ocasiones y casos, es difícil escapar de él. Conviene conocer qué consecuencias puede conllevar para nuestra salud bucodental una situación de estas características.
- La acumulación de las tensiones diarias puede desencadenar la aparición de una enfermedad dental denominada bruxismo, una dolencia que suele producirse de forma nocturna, durante el sueño y sin que seamos conscientes. Se caracteriza por el rechinar de unas piezas dentales con otras, que terminan por erosionar y dañar nuestros dientes. Puede provocar, además, problemas en los maxilares y en la mandíbula.
- Caries y gingivitis. Nuestros dientes y encías están más expuestos a padecer estas enfermedades cuando estamos estresados, porque la higiene bucodental también es más deficitaria debido a las prisas. Una higiene insuficiente, incorrecta y olvidarnos de hacer uso del hilo dental propiciarán el acumulo de la placa bacteriana.
- Periodontitis o piorrea. El cortisol, también denominada hormona del estrés, puede provocar inflamaciones en distintos puntos de nuestro cuerpo, incluidas las encías. Por ello, en tiempos de estrés somos más propensos a desarrollar la enfermedad periodontal.
- Sensibilidad dentaria mayor. Debido al desgaste de los dientes y la retracción de las encías.
- Síndrome de la boca seca. El estrés puede provocar una reducción del nivel de salivación. La toma de medicamentos también puede influir en este síndrome.
- Déficit de higiene dental. Las prisas y los malos hábitos también suelen ir acompañados de una peor alimentación, menos saludable, y de una higiene dental insuficiente, lo que, en un corto o medio plazo, puede conllevar la aparición de distintas enfermedades en nuestra cavidad bucal.
Acudir a su dentista de confianza ante la sospecha de que alguna de estas problemáticas sea su caso siempre es una buena idea, pues en su clínica dental sabrán orientarle y ayudarle, ofreciéndole la mejor solución. En Clínica Alonso Dental estaremos encantados de asesorarle.