El siguiente protagonista de nuestra serie dedicada a los tipos de dientes es el premolar, o, más bien los premolares, pues en total son –o deberían ser- un total de ocho en nuestra cavidad bucal en nuestra edad adulta. Su ubicación exacta se sitúa entre los caninos o colmillos y los primeros molares, distribuidos de manera uniforme en la parte superior e inferior de nuestra boca, cuatro en la mandíbula superior y cuatro en la parte inferior.
Tamaño y función
Su tamaño es mediano, no son tan alargados como sus vecinos caninos ni tan anchos y grandes como los molares. Su anatomía les permite colaborar en las tareas de ambos tipos de dientes ubicados en sus laterales: ayudan a los caninos en el desgarre de los alimentos y colaboran en la molienda final de éstos junto a los molares, facilitándoles el trabajo y preparando la subsiguiente trituración que convertirá la comida en una masa que poder deglutir sin problemas.
Desarrollo
Los premolares de leche no existen, sólo existe un tipo de premolares y son los definitivos, los que formarán parte de nuestra dentadura adulta junto a las restantes 24 piezas. Su aparición en nuestras encías se produce hacia los diez u once años de edad, y llegan para sustituir a los molares temporales o de leche. Los segundos premolares suelen comenzar a salir un año después que los primeros.
Es importante que su odontólogo de confianza vigile y supervise el crecimiento y desarrollo de los dientes en la boca de los niños de esta edad para intervenir o tomar las medidas necesarias en el caso de una mala disposición o salida de los dientes. Y es que un incorrecto crecimiento de los premolares, de no corregirse a tiempo, puede provocar que otras piezas dentales también crezcan y se desarrollen en una posición errónea.
Junto a la prevención y, como siempre les recordamos, es fundamental mantener una higiene bucodental completa y constante y visitar puntualmente su clínica dental.